El poder de la sumisión
no está en la habilidad
de arrodillarse antes que nadie,
o entregar el cuerpo
o portar un collar.
El poder de la sumisión
puede ser encontrado sólo en el corazón
por una sumisa que entrega su amor
a su Amo libremente
sabiendo que el gozo y el dolor
vendrán de él.
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